Hace muchos meses le preguntaba yo
a alguien: ¿Cómo te imaginas a Jesús? Y la respuesta fue que se lo
imaginaba sonriente y platicador, algo así. Bueno, puedes imaginártelo
así, pero esa imagen mental no tiene fundamento. Es, si entiendo bien,
más bien un deseo de que Él fuera de tal o cual manera. Pero para
conocer las cualidades del Señor es necesario, me imagino, empezar por
leer las Escrituras y es allí en donde descubres en realidad cómo es Él,
que le gusta, qué le desagrada, por qué se dice que Dios es amor, y
hasta qué grado nos ama. Este versículo, en I Juan 2:1 se me hace de gran valor: "Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; pero si alguno ha pecado y se ha arrepentido, abogado
tenemos para con el Padre, a Jesucristo, el justo." Saber que tengo
quien abogue por mí ante el Padre, que de por sí nos ama a todos, es
algo que no tiene ningún precio... ninguno.
Estamos bien adentro ya de la
temporada navideña. Cada año me encanta entrar en esta época, sí, pero
sobre todo este año. Me siento profundamente agradecido por el Señor,
que estuvo dispuesto a, como dice en Mosíah 3:5 (las cursivas son más):
"...Con
poder, el Señor Omnipotente que reina, que era y que es de eternidad en
eternidad, descenderá del cielo entre los hijos de los hombres; y morará
en un tabernáculo de barro,
e irá entre
los hombres efectuando grandes milagros, tales como sanar a los
enfermos, resucitar a los muertos, hacer que los cojos anden, y que los
ciegos reciban su vista, y que los sordos oigan, y curar toda clase de
enfermedades". En estos días no puedo dejar de pensar en mi Salvador.
Muchas veces se dice que Él es nuestro amigo. Y eso me hace pensar en
que no me siento digno de ser llamado su amigo, pero sé que Él sé lo es
de mí, pese a toda mi indignidad.
Me abruma eso, Su humildad, Su
amor por la humanidad, el haber accedido a descender a morar en un
tabernáculo de barro. Como dice en DyC 88:6, Él, "quien ascendió a lo
alto, como también descendió debajo de todo, por lo que comprendió todas
las cosas". Y esa idea atrapa mi mente desde hace muchos días:
descender para comprender. No es grato descender, pero es necesario: eso
amplía tu visión, te da longanimidad.
Te deseo muy feliz Navidad, y ya,
como una liga extra, te invito a darle clic abajo... no sé allá en donde
estés: acá siento, viniendo de Cancún, un frío horripilante:
Óscar Pech Lara
Debemos hacer algo en esta tierra porque en este planeta nos parieron y hay que arreglar las cosas de los hombres porque no somos ni pájaros ni perros
Debemos hacer algo en esta tierra porque en este planeta nos parieron y hay que arreglar las cosas de los hombres porque no somos ni pájaros ni perros
Pablo Neruda, "No me lo pidan", 1959.
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