Muchas veces las cosas no salen como uno quisiera. Y entonces conviene recordar el principio del 90/10
de Covey (y si no lo conoces, o si quieres escuchar a Vangelis, o si
tienes que dar una capacitación al respecto y quieres ahorrarte tiempo
de investigación, da clic aquí: http://www.youtube.com/watch?v=4PEPXSgbaNw&feature=related):
no es tanto lo que te pasa, sino cómo reaccionas a lo que te pasa. Por
terrible que sea lo que te rodee, creo que he aprendido desde que llegué
a esta ciudad, no es tan terrible si tan solo tienes gratitud por cada
cosa que te suceda, y entonces la más humilde comida, el gesto de bondad
más sencillo, se tornan grandes bendiciones.
Y bueno, aquí está este ejemplo grandioso:
Observa el vídeo y luego de observarlo, si puedes, vuelve a verlo, poniendo atención a los gestos del violinista. Es evidente que le molesta mucho que alguien no haya apagado su celular en un concierto tan poco público, tan personal.
Yo pensé en Beethoven, que en una ocasión más o menos semejante, se
detuvo, dijo a su público "para tales cerdos no toco yo", se levantó y
se fue. Este violinista no: da una excelente muestra de una alta
inteligencia emocional.
Muchas
veces veces las cosas no salen como uno quisiera: pero siempre está en
uno tomar las velas para que los vientos, por donde vengan, enderecen
nuestra nave más o menos hacia donde uno desea. Que tengas esa habilidad
de encauzar hoy tus vientos:
Óscar Pech Lara
Debemos hacer algo en esta tierra porque en este planeta nos parieron y hay que arreglar las cosas de los hombres porque no somos ni pájaros ni perros
Debemos hacer algo en esta tierra porque en este planeta nos parieron y hay que arreglar las cosas de los hombres porque no somos ni pájaros ni perros
Pablo Neruda, "No me lo pidan", 1959.
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