Uno puede ser muy pobre y, sin embargo, tener contentamiento. Uno puede estar subempleado y, sin embargo, producir textos que ayuden a otros a ser feliz. Uno puede sentirse cansado y abandonado y, sin embargo, ser feliz. Eso hice yo en los dos años que viví en Cancún. Esa etapa se cerró, y dejó algunos buenos textos. Los comparto con ustedes:
http://familias.com/seis-razones-por-las-que-es-mas-feliz-quien-tiene-una-mascota.
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