Tengo ante mí, en este momento, cuatro autores que, entre otras cosas, crearon aforismos. Aforismos que son, a mi parecer, una excelente radiografía de su pensamiento, que pienso presentar de menos a mayor.

El primero es el romanticista Friedrich Von Hardenberg, mejor conocido como Novalis. Era, a mi parecer, un jovencito engreído y bastante pesadito que creía que lo que decía de verdad era muy inteligente. Ustedes saben: hay gente que confunde ser ingenioso, con ser inteligente, y por pasarse de ingenioso, sólo demuestra cuán pobre es su intelecto. He aquí algunas de las que considero más rescatablesde él, y conste que no le estoy poniendo el pie:

  • La poesía cura las heridas causadas por la razón.
  • Un héroe es quien sabe cómo soportar un minuto más.
  • El lector distribuye el énfasis como quiere; hace lo que se le antoja de un libro.
  • Se precisa de una estética de lo malo, de lo mediocre y de lo vulgar.
  • En el poema basta con la unidad de emoción.
  • Estamos próximos a despertar cuando soñamos que soñamos.
  • Cada objeto amado es el centro de un paraíso.

El siguiente es Jonathan Swift. Alguien me hizo ver que se requiere ser un verdadero genio para afirmar de manera tajante que los caballos son mejores que los hombres, sin reducirse a uno mismo a ser un mero resentido. El tipo era un genio. Un genio no logrado y lleno de amargura, pero siempre un genio. Acaso en estas frases no se vea al verdadero Swift, que siempre pensaba en el sexo con codicia, pero que siempre hablaba mal del mismo, porque nunca se dio el lujo de disfrutarlo; que siempre habla de la humanidad, porque se sentía excluido de la misma. Algunas de sus ideas:

  • Sólo los hombres desdichados confiesan el poder del azar; los afortunados, todo lo atribuyen al mérito.
  • Leo a veces un libro con mucho agrado y aborrezco al autor.
  • Los hombres ignoran sus debilidades, pero también ignoran sus fuerzas.
  • El político: el hombre que nunca pierde su aplomo y nunca guarda su palabra.
  • Ningún hombre avisado deseó alguna vez ser más joven.

En Segundo lugar pongo a un gran pensador: George Bernard Shaw. Un don Juan que le gustaba defender causas perdidas no por un sentido de la justicia ni por estar de parte del más débil, sino por causar polémica. Con todo, era un hombre con una manera sumamente aguda de ver las cosas. Algunos ejemplos:

  • El cerebro de un tonto asimila la sabiduría en locura, la ciencia en superstición y el arte en pedantería y, consiguientemente, la universidad en educación.
  • El que puede, hace. El que no puede, enseña.
  • Convertir a un negro de África al cristianismo, es convertir el cristianismo en un negro de África.
  • Todo hombre que ha cumplido los cuarenta años, es un canalla.
  • Cuidado con el hombre que tiene su Dios en los cielos.
  • Una vida malgastada en cometer errores es más honorable, sino mucho más útil que una vida gastada en hacer nada.
  • Hegel estaba en lo correcto cuando dijo que aprendemos de la historia que el hombre jamás aprende nada de la historia.
  • En el cielo, un ángel no es nadie.
  • La diferencia entre Juan Lanas y un pensador es insignificante para el pensador, infinita para Juan Lanas.

El último de los autores es Oscar Wilde. Muchos lo han criticado de ser un mero ocurrente, un bromista ingenioso. Y tal vez lo fuera, pero siempre tras de la broma, había una aguda observación de la realidad. Tal vez los primeros ejemplos sean sólo eso, bromas, no así los últimos, que son simplemente increíbles y seguro alguna vez hemos pensado exactamente lo mismo. Los ejemplos:

  • La vulgaridad es el modo de conducirse de los demás.
  • Todos los músicos son absurdos. Quieren que uno esté mudo en el preciso momento en que uno desea ser sordo.
  • Las mujeres son un gremio decorativo. No tienen nada que decir, pero lo dicen encantadoramente.
  • La única diferencia entre un capricho y una pasión eterna es que el capricho dura un poquito más.
  • Un hombre debe ser muy cuidadoso en la elección de sus enemigos.
  • La música nos revela un pasado desconocido y acaso real.
  • Arrepentirse de un acto es modificar el pasado. .
  • No hay hombre que no sea, en cada momento, lo que ha sido y lo que será.
  • Todos los hombres terminan por matar la cosa que aman.

Bueno, ya hice lo que aborrezco hacer: copiar textos. Los dejo y que tengan una excelente mitad de semana:



Óscar Pech
"In the faces of men and women I see God"
Walt Whitman, from Leaves of Grass

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