Día de la amistad (1)

Amigos y familiares:

En algún momento de mi vida caí en cuenta que muchos de los chistes que escuchamos de oído al pasar, incluso aquellos que son de los más soeces y barbajanes, sirven para expresar un principio verdadero. No les voy a aburrir con Bajtin y la desacralización, pero creo que este comercial, Mutatis mutandis, corresponde a ese caso: uno obtiene casi lo que sea, si lo pide de la manera adecuada. Claro, las cosas no son exactamente así: en esto de los sentimientos hay demasiados “asegunes”, y parecería que el sello característico de este nuevo siglo es la incapacidad para encontrar una pareja estable, o confiable, o segura, o leal, etc., etc., etc. Finalmente, dijo Borges (y me imagino que el orden no es casual): “Felices los que aman, los amados, y los que pueden prescindir del amor”. Ojalá que tú puedas pertenecer al grupo que ha logrado conjuntar las dos primeras cualidades, o logres ingresar con paz en la última categoría (amar sin ser amado suele ser un tormento casi físico, y recibir amor sin desearlo suele ser un don desagradable).

Por lo demás, yo agradezco mucho la amistad de todos ustedes, que es una forma de amor exenta, o depurada de, la atracción física, y que por lo mismo suele ser más genuina que lo que llamamos amor. No, esto no es así, me explico por medio de mi buen amigo William Shakespeare. En Venus y Adonis dice:

¿Qué cosa dices tú, que yo negar no pueda?
Fácil es el sendero que al peligro conduce:
no odio el amor sino, tu engañoso artificio,
prestándole caricias a todos los extraños.
Dices que por procrear lo haces: Extraña es la disculpa,
cuando la cordura es sierva de los abusos de la lujuria.

No llames a esto amor, pues éste voló al cielo,
desde que la lujuria usurpó su nombre,
y es tal su semejanza que puede alimentarse
de la belleza exuberante, manchándola con críticas,
pues la ardiente tirana, la lujuria, la deshonra y despoja
cual hacen las orugas con las hojas más tiernas.

El amor conforta como el sol después de la lluvia,
pero la lujuria es como la tempestad tras el sol;
El amor es primavera, con toda su frescura;
pero la lujuria es invierno que llega antes de que el verano acabe.
Amor nunca deja de ser, pero la lujuria es insaciable;
el amor es verdad, falacia la lujuria.



Vaya, que muchas veces hay cosas que llamamos amor, y que no lo son, y hay muchas cosas que llamamos amistad, que tampoco lo son. No les voy a aburrir con la Ética Nicomaquea, basta con decir que agradezco mucho su amistad, y que les deseo que este fin de semana pueda estar rodeado de amor sincero y sin conceptos torcidos para todos ustedes:

Óscar Pech

"In the faces of men and women I see God"

Walt Whitman, from Leaves of Grass

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