De traductores

Cuenta Borges (Textos cautivos, p. 279) que leyendo a cierto filósofo chino encontró este memorable pasaje: "a un condenado a muerte no le importa bordear un precipicio, porque ha renunciado a la vida". El traductor colocó un asterisco, advirtiendo que su interpretación era mejor que la de otro sinólogo rival, que traducía de esta manera: "los sirvientes destruyen las obras de arte, para no tener que juzgar sus bellezas y sus defectos". Uno puede leer ambas versiones y, si uno es bien pensado, uno se maravilla de la riqueza del idioma chino, que da para versiones tan dispares.

En ese sentido, viene a mi memoria otro libro oriental. Tengo en mi poder tres libros que deberían ser el mismo: El Tao te king, de Lao-tsé. Uno los puede leer al mismo tiempo, pero antes de llegar a la p. 10 los libros se han vuelto absolutamente diferentes y toman caminos tan diversos que es literalmente imposible determinar qué parte de un libro corresponde a otra.

Cuando estaba en la universidad releí Hamlet, de Shakespeare en mi vieja versión de editorial Porrúa. Hubo una parte que me pareció sublime, y la aprendí de memoria. Luego tuve acceso a la versión de cátedra. Busqué ese monólogo de Polonio y, para azoro mío, no lo encontré. Fue hasta que Javier Padilla me regaló las obras completas de Shakespeare en inglés que descubrí que, como se imaginarán, no era error de Cátedra, sino un pegote del, llamémosle así, traductor de Porrúa.

Un ejemplo más: voy a dos versiones de la Biblia, ambas traducciones de la versión de Casidoro de Reyna y Cipriano de Valera. Una, la versión de 1910, otra, la versión de
1960. En la primera se lee en Proverbios 24:10:

Si flaqueas en el día de angustia,
tu fuerza es limitada.

Y uno puede asentir a esta idea: la verdadera fortaleza interior sólo queda de manifiesto en las crisis: allí es cuando uno demuestra que va a dar el ancho, o que va a buscar el rascacielos más cercano para usarlo de trampolín y saltar hacia el vacío. Sin embargo, la traducción de cincuenta años después nos ofrece estos conceptos:
Si fueres flojo en el día de trabajo,
tu fuerza será reducida.

Aparentemente más sabio y, sin embargo, muy difícilmente uno puede determinar que en realidad ambos traductores estaban partiendo de un mismo texto. No hay punto de contacto entre angustia y trabajo.

Dice el adagio italiano: traduttore traditore (todo traductor es un traidor), y acaso eso es cierto, salvo que, bueno, hay de traidores a traidores: algunos son verdaderamente pervertidos del  lenguaje. Pero lo que interesa aquí es que no hay ningún otro país del mundo tiene un proverbio que tenga que ver con los traductores... o al menos no están registrados en la Enciclopedia de proverbios del mundo de la editorial Prentice Hall. ¿A nadie le importa que alguien traduzca mal, o nadie se ha dado cuenta del hecho?
Óscar Pech Lara
 
"In the faces of men and women I see God"
Walt Whitman, from Leaves of Grass

Comentarios

Uri A. Arce ha dicho que…
Buenos días Profesor, me llamo Uri; aunque muy probablemente no me recuerde, así que tal vez las referencias espaciales-visuales de mí dentro de su salón de clases no sirvan de mucho.

Después de decidir entre todo el mar de recursos que hay para aprender inglés, me decidí por uno. Comencé el curso desde el inicio y creo que está funcionando; ahora las ideas comienzan a surgir en inglés. Pero traducir, eso es otra cosa, no basta con que mi cerebro piense en inglés, se hace necesario que posea un conocimiento vasto del idioma al cual se desea traducir; es decir: para traducir del inglés al español, no sólo hay que saber inglés, sino saber español y bien. Cosa que a veces resulta algo complejo, debido a lo rico que es el idioma español.

Como usted menciona, hay traductores que verdaderos son pervertidos del lenguaje, lo que se puede observar sobretodo en los medios masivos de comunicación, pero lo que resulta realmente preocupante es que estos piensen que quedamos satisfechos y que han hecho un buen trabajo con esa traducción tan pobre.

Por eso ser traductor es algo con mucha valía en estos tiempos casi Babilonios. Así que este mini comentario es para agradecer a ese puñado de traductores que se esfuerzan por no ser sólo unos mercenarios del lenguaje y tratar de sacarme de la ignorancia...