Aléjate. Déjame solo

NOSOTROS

No hay una palabra que me desagrada más, en cualquier idioma, que la palabra “Nosotros”. “Nosotros”, te da un falso sentido de pertenencia. Es ambigua, nunca está definida por completo, nunca sabes exactamente a quién se refiere. Es la respuesta perfecta, porque no compromete y es sumamente ambigua. (En la Iglesia alguien pregunta: ¿a quién se refiere esta profecía? Y la respuesta es: “a nosotros”, y “Nosotros” puede ser la Casa de Israel, los SUD, los justos, los habitantes de este continente, etc.). Me desagrada la palabra porque muchas veces he creído que yo era parte de “Nosotros”, y pocas cosas son más dolorosas que la anagnórisis, el desengaño de saber que no, que nadie jamás sintió que tú eras parte del grupo, sino sólo tú. Que te dejaban estar allí, pero que en realidad no eras parte del nosotros, siendo nosotros, desde un grupo de dos personas, hasta decenas de las mismas.

Lo cual me lleva a un recuerdo de mi infancia que iba a marcar una larga serie de situaciones en que se iba a repetir lo mismo, con diferentes actores, pero en esencia lo mismo. Hay cosas de las que uno no es consciente. Mi madre me dice que cuando yo era un parvulito a los adultos siempre les gustaba platicar conmigo. Era como un adulto chiquito, e imagino que eso se les hacía divertidísimo. Yo tendría unos dos años. Mi madre, que andaría por los 22, se cortaba el pelo en el mismo lugar siempre. Se hizo amiga de la chica que le cortaba el pelo. De hecho, ella siempre nos visitaba en casa. Ella decía que yo era su novio, y me llevaba en cada visita un “luxus”, no sé si los recordarás: uno de los dulces más extraordinarios que ha inventado el ser humano, un descubrimiento superior, si se quiere, al de la penicilina. Ahora, con los años, me asombra lo rápido que comprendí el concepto noviazgo, lo fácil que se enamora uno a cualquier edad. Y bueno, no era tan difícil: era alta, delgada, bonita. Esa primer novia que tuve, que siempre me llevó un regalo preciadísimo, que no batallé para conquistarla, se volvió una experiencia más o menos traumática: un día llega a casa con un hombre de bigote, lo presenta como su novio, y nos avisa que se va a casar y se va a vivir muy lejos. Miré a mi rival. Era feo y bigotón, era odioso. Lo grandioso de ser niño es que prodigas cualquier emoción en un estado puro: el amor, el cariño, los celos, el odio. Lo odié con todo mi corazón. El láser es luz concentrada, más brillante que la luz del sol, ¿correcto? A ella la odié con algo que sería el equivalente a un láser de odio: odio refinado, concentrado, en un estado puro.

Lo que no sabía es que eso no sería sino la primera de una serie indeterminada en que me pasaría eso de descubrir que la cobija no arropaba a todos, y que no había ni un cachito para mí. Imagino que estarás de acuerdo en que uno de los dolores más desoladores que hay en esta vida es descubrir que no eres parte del “Nosotros”, que no hay un lugar para ti.

Y entonces viene ese título, increíble: “Aléjate, déjate solo”. Te presento la canción con dos increíbles intérpretes y abajo la letra, con una mala traducción de un servidor. Una aclaración: muchas veces comparto alguna melodía que me parece bella y ya. Esta es una de esas que muchas veces pude haberla escrito yo, de esas que parecen autobiográficas. Va la canción de Kim Carnes, pues:

Con Engelbert Humperdinck
http://www.youtube.com/watch?v=xjvqcBvOt_M

Con Barbra Streisand:
http://www.youtube.com/watch?v=1wDbtQN6fuM&feature=related

Stay Away
Aléjate

Stay away. Leave me alone
Stay away from my door
‘Cuz you'll hurt me again
Like you hurt me before
Aléjate. Déjame solo
Aléjate de mi puerta
Porque me vas a lastimar de nuevo
Como me haz hecho daño antes
I don't want no excuses
I don't want no more lies
I don't like crying
So I keep it inside
No quiero más excusas,
No quiero más mentiras.
No me gusta llorar
así que lo mantengo en mi interior
Do me a favor for God's sake please
Stay away
Hazme un favor: por amor de Dios, por favor,
Aléjate
Stay away out of my dreams
Stay away from my nights
You're there in the darkness
So I leave on the nights
Aléjate de mis sueños
aléjate de mis noches
Tú estás allí, en la oscuridad,
así que me dejo puesta la noche.

Well I don't want no whiskey
‘Cuz is heightens the pain:
Make me call you at midnight
And beg you come back again
Do me a favor for God's sake please
Stay away
Bueno, no quiero más whiskey
Porque hace más grande el dolor:
me hace llamarte a media noche
y rogarte que regreses.
Hazme un favor: por amor de Dios, por favor,
Aléjate.
‘Cuz time is too short
To waste it on regrets
They say it heals a broken heart
That's waiting to forget
Porque el tiempo es demasiado corto
para malgastarlo en remordimientos,
ellos dicen que sana a un corazón roto
Y eso es esperar para olvidar
Stay away leave me alone
Stay away from my door
Cuz' you'll hurt me again
Like you hurt me before
Aléjate. Déjame solo
Aléjate de mi puerta
Porque me vas a lastimar de nuevo
Como me has hecho daño antes
But if you should need me
Well it might be alright
I suppose you could call me up some lonely night
do me a favor for God's sake please
Don't Stay away
Don't Stay away.
Pero si me necesitas
Bueno, creo que estaría muy bien
Yo supongo que podrías llamarme en alguna noche en que te sientas sola
Hazte un favor, por amor de Dios, por favor,
No te alejes.
No te alejes.

Lo cual me trae a la mente un famoso poema de Catulo:
Odi et amo. Quare id faciam, fortasse requiris. Nescio, sed fieri sentio et excrucior.
Este epigrama yo lo traduciría como:
Odio y amo. ¿Por qué lo hago?, quizá preguntes. Lo ignoro, pero lo siento y me torturo.


Hay una lucha en el interior de uno cuando uno descubre que uno no es parte del "nosotros". Y me imagino que en todos los países del mundo se encuentra algo que diga lo que dijo Catulo, pero creo que nadie lo ha podido decir como él, tan poderoso en tan pocas palabras, tan fresco como si el epigrama hubiese sido escrito esta mañana, y no hace más de 2,000 años. De hecho, leo que Anacreonte había dicho antes: "Amo y no amo, deliro y no deliro" (An. 79D), lo cual es tan cierto como sin chiste, me parece.


Y el punto es ese: que Catulo tiene la conciencia de esa lucha interna y, como dicen, los expertos, Catulo nos da "la triste constatación de que tal dificultad es independiente de la voluntad humana. Al poeta no le queda otra opción que darse cuenta de la situación y por tanto, sufrir. (El verbo Excrucior significa literalmente 'colgar en la cruz')".

La terrible situación de saber que uno odia porque uno descubre que ya no es, que acaso nunca fue "nosotros", pero que si se pudiera, perdonaba todo, con tal de volver a tener el sentimiento de pertenencia.

Cosas que uno vivió, acaso, en su juventud. El tiempo pasa, y nos trae otros problemas, acaso más complejos. Uno descubre que casi siempre la vida se puede vivir en soledad, finalmente, cualquiera que sean las circunstancias. Que tu "nosotros" no sea un mero espejismo, nunca:

Óscar Pech Lara
 
"In the faces of men and women I see God"
Walt Whitman, from Leaves of Grass

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