Heráclito –—quien habría fracasado como diplomático–— dijo en su fragmento nueve: “Los asnos preferirían más bien la paja al oro”. Casi al mismo tiempo, en la lejana China, Ji–kiang (Ta–Hio 3:2) aseveraba que “El hombre es el más inteligente de los seres, pero si él no pudiera escoger el bien supremo, para situarse en él, no sería ni siquiera tan inteligente como el pájaro”. Uno debería siempre estar aprendiendo, pero no todos tienen la habilidad de retener las ideas con las que uno entra en contacto. Hoy yo no puedo dejar de recordar las sabias palabras de Confucio (en su libro Chung– Yung, 20:19). Las comparto confiando en que puedan ser de ayuda para ti, que prefieres el oro a la paja:
“Si hay personas que no estudian, o que si estudian no sacan provecho de ello, no se desanimen, no se detengan. Si hay personas que no interrogan para ilustrarse acerca de las cosas dudosas, o que ellos ignoran, a los hombres ilustrados, o si al interrogarlos no pueden ellas llegar a ser más instruidas, no se desanimen por ello. Si hay personas que no meditan, o que si meditan no consiguen adquirir un conocimiento claro del principio del bien, no se desanimen por ello. Si hay personas que no distinguen el bien del mal, o que si lo distinguen no tienen, sin embargo, una percepción clara y exacta de él, no se desanimen por ello. Si hay personas que no practican el bien, o que si lo practican no pueden aplicar a ello todas sus fuerzas, no se desanimen por ello. Lo que otros harían de una vez, ellas lo harán en diez veces; lo que otros harían en cien veces, ellas lo harán en mil.
“El que siga verdaderamente esta regla de perseverancia, por ignorante que sea, llegará de modo natural a ser ilustrado; por débil que sea, llegará necesariamente a ser fuerte.”
Creo que un buen consejo sería recortar esto, y pegarlo en un lugar donde lo puedas leer a menudo, y te anime. Si estudias, la libreta de la materia en que vas más mal no sería un mal lugar. Si no, en un lugar especial de tu trabajo. No importa dónde. Lo que importa es simplemente que no te desanimes. No te detengas.
Óscar Pech Lara.
Comentarios