Un regreso a Everness, poema de Jorge Luis Borges


(8) El Dante Y La Divina Comedia (Jorge Luis Borges) - Conferencia - YouTube 

Permítanme iniciar con esta aclaración: mi blog (que lo tengo tan abandonado) inició como una manera de hacer pública una serie de cartas plurales que en aquellos años yo escribía a mi círculo de amigos hace más de doce años. 

Ayer recibí un correo en donde se me pide que explique esta entrada:

Y esto porque en esa entrada doy una breve exlicación de por qué pesaba que Everness es un poema de amor. Debo decir que mi yo de ahora se asombró mucho al leer esa declaración. Leí muchas veces el texto, y por cierto que hoy día no veía cómo Everness puede ser un poema de amor. Pero bueno, en mi correo fui a la fecha de la carta (2008) y leí las cartas de ese mes: no nunca encontré esa explicación que prometí, y me puse a pensar. Después de releer mucho el texto ahora alcanzo a vislumbrar lo siguiente. Vuelvo al poema de Borges, verso a verso:

Sólo una cosa no hay. Es el olvido.
Dios, que salva el metal, salva la escoria
y cifra en su profética memoria
las lunas que serán y las que han sido.

Un soneto debe ser una cajita perfecta en donde todo debe amarrar al final, sin que quede ningún cabo suelto, pero a veces la gelatina no cuaja por completo, y creo que un poquito este es el caso. El final es un poco flojo y, por lo mismo, me da la impresión de que todo fue escrito solo para dar continuidad al primer cuarteto, que es el mejor del poema. Es más: solo para darle continuidad al primer verso. Ese primer verso es lo que justifica todo el poema, siento yo.
“Solo una cosa no hay: es el olvido”.

Y la idea es sorprendente, porque todos olvidamos continuamente. Por ello, afirmar que solo hay una cosa que no existe: el olvido, choca en el interior de nuestra mente. Y claro, no se trata de que Borges nos diga que él es superior a nosotros porque él sí que era Borges, el memorioso, no. ¿Ha habido momentos en tu vida en que no existe el olvido, i. e., que no puedes dejar de pensar en alguien o en algo incluso cuando duermes? Sí: cuando estás enamorado. Cuando le has dado a alguien la oportunidad de que habite en tu corazón, entonces este verso se cumple. ¿Por qué siento que habla de alguien en particular; del sentimiento del amor?

Ya todo está. Los miles de reflejos
que entre los dos crepúsculos del día
tu rostro fue dejando en los espejos
y los que irá dejando todavía.

Por esto: Lo que ya está en la memoria no es una moneda, una meta, un lugar, sino una persona, y no las manos, las piernas, o las caderas del ser amado, sino su rostro, que está perennemente en la memoria del poeta: el rostro pasado, presente y futuro.

Y todo es una parte del diverso
cristal de esa memoria, el universo;
no tienen fin sus arduos corredores

y las puertas se cierran a tu paso;
sólo del otro lado del ocaso
verás los Arquetipos y Esplendores.

Ignoro qué quiso decir Borges con el concepto de que el universo es un “diverso cristal”. Pero lo cierto es que lo recorremos arduamente en forma de existencia cotidiana. Aquí hay una amonestación para quien lee el poema: No podemos volver a vivir el ayer (“las puertas se cierran a tu paso”). Cada decisión que tomas (o no) es definitiva: es una decisión sobre la que no puedes volver. Amar a alguien (o no), es una decisión irrevocable. No podrás volver a ello. ¿Está implícita la idea de que si decides no amarme hoy después ya nunca podrás volver sobre esa decisión? ¿Existe ese mensaje de Borges a la destinataria del poema? No lo sé. 

Sé que Borges juega con algo en lo que no cree: la idea del destino como algo que ya existe y es inamovible. Un mundo que corresponde con la idea de Platón expresada en el mito de la caverna, donde lo que vemos en esta vida son solo sombras de arquetipos. Al morir veremos que todos los gatos del mundo solo son sombras de El Gato, el cual es esplendoroso. Todos los libros del mundo solo son débiles sombras de El Libro, es cual es único y maravilloso. En ese sentido, si esta idea es correcta, la idea de que este es un poema de amor, Borges está diciendo: “No importa si ahora dices que no. No importa si no me amas. En el más allá verás que no soy la imperfecta y débil sombra que contemplas aquí, sino el verdadero yo: el perfecto, el arquetípico, el esplendoroso”. Algo así como: “Allá tú si te lo pierdes, pero para nada soy la pobre y decrépita cosa que ahora soy”. 

¿Era esa la idea de Borges? No lo sabemos, pero era un hombre tan auto reprimido, que acaso esto es lo más abierto que podía ser a expresar sus sentimientos. No lo sé: ¿Qué piensas tú?

Comentarios