El Libro de Moisés y el Libro de Abraham

Puede ser arte

Hace dos años y medio me di a la tarea de leer la triple de nuevo, de tapa a tapa, con gran detenimiento. Sin prisa, de verdad escudriñando por primera vez en mi vida. Estoy terminando el Libro de Abraham, y estoy maravillado. Es claro como el agua que el Libro de Moisés y el Libro de Abraham fueron escritos por personas diferentes, con intenciones diferentes.

Moisés como autor tenía una intención muy clara en su mente: marcar una continua contraposición. Era un hombre que veía todo en blanco y negro. Los hijos de Dios VS los hijos de los hombres. Los santos en nuestros días VS la maldad del mundo. Sion VS la mundanidad de los días de Enoc. Caín VS Abel. Todo son elementos opuestos que se contraponen. Y no, no hay un uso de figuras literarias.
Abraham es completamente diferente. Todas las figuras retóricas que emplea (como el quiasmo) son para mostrarnos la importancia de haber sido preordinados para ser parte del pueblo del convenio, para poner de relevancia el privilegio de haber recibido el sacerdocio. Más que plantearnos una ética estricta del bien y el mal (Moisés había salido de Egipto y continuamente quiere que salgamos del Egipto espiritual), Abraham se dirige a Egipto, armado de su rectitud y de un bagaje cultural que le va a abrir las puertas. Vaya: nunca dejará de impresionarme cómo en su capítulo tres explica la teoría de la relatividad y nos muestra que hay dos tipos de tiempo: un tiempo fijo y un tiempo relativo, y cómo funciona eso. ¡Para mí eso es abrumador! ¡La teoría de la relatividad publicada en 1842, cien años antes de Einstein! Y no solo eso: traducida de papiros egipcios antes de que Champolión encontrara y tradujera la piedra Roseta.
No solo eso: en Moisés hay una constante lucha contra el mal, y Moisés se esfuerza en decirnos cómo encararla. La manera en que podemos encararla. En Abraham no hay una lucha contra el mal, sino contra la adversidad: el hambre fue un fantasma continuo en su vida, y en buena medida se centra en mostrarnos cómo enfrentó esa lucha, en las herramientas que él empleó; nos enseña cómo perseverar en la adversidad a través de la oración, la devoción, el testimonio y, por encima de todo, de hacer y vivir los convenios que hacemos con el Señor.
Ambos autores escribieron mirando al futuro: Moisés, específicamente pensaba en nosotros. Abraham, en su posteridad a lo largo de toda la historia. Y sí: parecería que sus escritos fueron sumamente conocidos en todo el mundo egipcio antiguo.
Ambos autores tuvieron que ver con Egipto, pero para Moisés Egipto era cautiverio. Para Abraham, era salvación.
Por cierto: si alguien no me ha pedido mi libro de "Una aproximación al libro de Moisés" y quiere leerlo, con toda confianza pídalo a alterpech@gmail: es gratis.

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